En nuestra última charla, recibimos Álvaro Gutiérrez de Cabiedes, quien nos ha dado una serie de consejos para formarnos en la gestión de nuestras propias finanzas teniendo como premisa que el dinero debe de ser un medio, y que quién lo convierte en un fin no disfruta de la vida y, en definitiva, no triunfa. Y que la importancia de la educación financiera radica en que te permite ser el administrador de tu propia vida.
Sin embargo, el dinero si tiene una utilidad ya que sirve para ganar tiempo y tener espacio para desarrollar la libertad personal, pudiendo decidir qué comprar o en qué invertir y en qué no, si no fuéramos capaces de hacer esta distinción seríamos unos esclavos del dinero y de lo material. A esto hay que sumarle lo que en la ponencia se ha llamado coste de oportunidad, es decir, que toda decisión tiene un coste, debido a que dejamos de hacer cosas que tienen valor por hacer otras que tienen otro valor diferente.
Álvaro ha remarcado que la vida no es un Excel, pero si un conjunto de probabilidades, por lo que cuanto mejor planifiquemos nuestra vida y tengamos una estructura financiera sólida más probabilidad hay de prosperar.
Por otra parte, un punto clave de la sesión ha sido la defensa de que “nada en la vida es gratis”, hay cosas que se miden con unidades de medida que son diferentes al dinero como el tiempo o el esfuerzo. Y solo aquel que conoce como funcionan las finanzas, gana tiempo.
Para poner en marcha esa gestión del propio dinero en primer lugar hay que encontrar el motivo que te hace feliz, tu activo o tu meta dirigida siempre a un Bien mayor, para tener una libertad financiera que te permita ver con que base cuentas, cuáles son tus objetivos y qué debes hacer para alcanzarlos mediante lo que él ha llamado hábitos de consumo responsable y encontrando reglas de ahorro e inversión propias que permitan que sea el dinero el que trabaja para ti y no al contrario.
Otro consejo ha sido que sepamos controlar nuestro pasivo, es decir, que si inviertes en algo que te vaya a endeudar que esta deuda sea buena, es decir, que la puedas pagar más adelante y además que te ayude a que tu activo valga más.
En cuanto los conceptos de valor y precio los ha diferenciado poniendo énfasis que en función de lo que yo me haga valer me van a poner un precio u otro, ya no solo material si no también en el mundo profesional.
Por último, nos ha recomendado que hagamos nuestro propio presupuesto destinando el 50% de lo que ganamos a gastos básicos, que ahorremos el 20 % y que podemos invertir en caprichos alrededor de un 30%.