El mundo cambió. El mundo está cambiando. El mundo va a cambiar.
El problema: nadie sabe cómo, ni cuándo. J.Sirvent nos dijo “la incertidumbre es el peor enemigo del ser humano”, y por eso, para poder resolver las encrucijadas de este nuevo mundo que se nos presenta, tenemos que cambiar nosotros también. La clave está en no tener miedo al fracaso, a la flexibilidad que proporciona el saberse hechos de barro.
Frente al cambio, un puerto fijo que no amarre, si no que invite a navegar, y para eso hace falta encontrar algo por lo que valga la pena amar.