Se acercan los exámenes finales y el ambiente universitario empieza a notarse en las diferentes bibliotecas y salas de estudio. Pero un gran número de vosotros os sentís frustrados porque no aprovecháis el tiempo como os gustaría. Mejorar la concentración al estudiar no es nada difícil si mantienes una serie de hábitos a lo largo del día.

Aunque no lo parezca, uno de los problemas más frecuentes entre los estudiantes de la universidad es la dificultad a la hora de concentrarse. Además, si te encuentras en tu primer año de carrera es lógico que necesites un periodo de adaptación. Los trastoques en la rutina causados por el cambio de vivir en casa a un Colegio Mayor o algo parecido, también afectan a la concentración.

Si te identificas con aquellos que se sientan a estudiar y no aguantan ni un minuto sin distraerse, ¡estás en el sitio indicado!

Hay muchas técnicas que podrían funcionarte a la hora de mejorar tu concentración. Vamos a darte las 5 que consideramos más efectivas e importantes que ¡no pueden faltar en tu rutina!

Consejos para mejorar la concentración a la hora de estudiar

1. Mantén el móvil fuera de tu alcance

Lo primero que debes hacer cuando comienzas a estudiar es dejar tu teléfono móvil apagado y en otra sala donde no lo tengas a la vista. Aunque creas que puede servirte de herramienta complementaria para el estudio, éste tiene más riesgos que beneficios.

Al principio te costará no pensar en él, pero poco a poco irá desapareciendo de tu mente y te ayudará a evitar distraerte con las notificaciones o contenidos de alguna red social.

Existen estudios que afirman que la simple presencia de estos aparatos en tu lugar de trabajo afecta a la habilidad del cerebro para retener y procesar información. ¿Te ha pasado alguna vez que has cogido el móvil para ver un simple mensaje y de manera inconsciente se te ha pasado la mitad de una hora?

2. Organiza el estudio en función de tu tiempo disponible

Algo muy importante para mejorar la concentración es saber cual es la carga de trabajo que tenemos y el tiempo que disponemos para realizarlo. Muchas veces pasa que organizamos el día de estudio de una manera poco realista, metiendo más tareas de las que realmente se podrán hacer. Esto es un gran error, ya que solo va a servir para desmotivar y crear mayor sensación de agobio, perjudicando nuestra concentración.

Por eso, ponte delante del calendario, mira los días o semanas de los que dispones y márcate unos objetivos realistas cada día de ellos, siempre contando con algo de margen por si surge algún imprevisto de última hora.

Debes estar totalmente comprometido, tomarlo en serio desde el principio e intentar mantener tu rutina de estudio todos los días. Intenta estudiar siempre a la misma hora para que poco a poco tu cerebro reconozca ese momento como el momento de máximo rendimiento y concentración. 

3. Aprovecha tus tiempos de concentración

En toda actividad intelectual se cuenta con un punto álgido de concentración, donde estamos muy focalizados en lo que estamos haciendo y somos más rápidos en comprender cualquier concepto con mayor facilidad. En este caso, nosotros debemos saber aprovechar cada ocasión. 

Las tareas más complejas se deben llevar a cabo durante estos periodos, puesto que nos resultará más fácil y ameno realizarlas. Normalmente se suele llegar a ese nivel de concentración cuando ya se lleva un rato estudiando, por eso mismo, no te desesperes esperando, ya que tardarás un poco, como es normal. 

Al igual que existen momentos de máxima concentración, también se encuentran aquellos donde somos incapaces de rendir a un nivel alto. Por eso mismo, debemos saber escucharnos y parar cuando no estemos siendo apenas productivos. 

Existen estudios que demuestran las fases por las que pasa nuestro cerebro a la hora de concentrarse. En primer lugar, empieza con un valle de concentración, y pasados ​​unos 10 o 15 minutos, nuestro cerebro empieza a tener uno de sus picos de máxima concentración, con una duración de 30 a 40 minutos.

A este pico le sigue otro valle que dura 15 minutos. Saber esto te facilitará optimizar tus sesiones de estudio, descansos y actividades que siempre debes hacer para mantener tu enfoque para un buen desempeño en tus estudios. 

Técnicas de aprendizaje como la Técnica Pomodoro se basan en estos picos y valles de concentración. Así que, si los aplicas, pueden ayudarte a definir esos espacios de estudio y descansos desde el principio.

4. Estudia de forma activa

Si hasta ahora tu manera de estudiar se ha basado en leer el contenido del temario como si de un libro de lectura se tratase, deberás cambiarlo. Que estudiemos de una manera activa, tomando anotaciones, haciendo esquemas o resúmenes, hará que pensemos únicamente en lo que estamos haciendo. Esto fomentará que nuestro cerebro esté solamente centrado en ello, consiguiendo retener aún mejor el tema.

Además, otro truco es potenciar la memoria fotográfica subrayando los textos con diferentes colores. Resaltar los puntos importantes hará que nuestra memoria lo reconozca con mayor rapidez. Eso sí, es importante subrayar palabras clave o frases cortas, evitando excederse en ello, ya que el abuso puede resultar negativo.

5. Entrenar la concentración 

¿Sabías que la mente se puede entrenar? Es un aspecto muy importante para mejorar la concentración a la hora de estudiar. Hay mucha variedad de ejercicios orientados a este aspecto. Es conveniente que poco a poco vayas entrenando la capacidad de concentración, aquí te facilitamos alguno de ellos, ¡seguro que te resultan muy sencillos!.

• Este ejercicio consiste en hacer meditación. Para ello, pon una colchoneta, esterilla o toalla sobre el suelo en un lugar tranquilo, silencioso y sin distracciones. A continuación échate sobre ella cerrando los ojos. Respira de manera profunda centrándote en ella. Una vez hecho esto, recorre con la mente tu cuerpo de forma sosegada, siendo consciente de cada parte de él, terminando la ruta en el pecho, volviendo a centrarte en tu respiración. Al principio cuesta mucho alejar nuestras preocupaciones diarias de la cabeza ni por un segundo, pero poco a poco se irá notando el cambio, llegando a ser capaz de concentrarte cada vez más rápido. Debes realizar el ejercicio alrededor de 10 minutos.

Aquí tenéis un vídeo que os puede ayudar al comienzo de la meditación.

• Coge un vaso de cristal y llénalo de agua por la mitad. Siéntate de manera cómoda y erguida. Una vez hecho esto, sujeta el vaso con una mano a la altura de los ojos. Mantente en esa posición intentando evitar que el agua se mueva de su posición inicial. Estaréis pensando que es una chorrada, pero es necesario contar con mucha concentración durante el tiempo que dure para que el agua no se mueva. Debes realizarlo durante 3 minutos aproximadamente.
• Pon la vista en un reloj analógico. Cuando éste llegue a las doce, comienza a concentrarte en el recorrido de la aguja del reloj. Durante este tiempo, intenta no tener la mente ocupada en otras cosas. Si al poco de empezar el ejercicio tu mente se dispersa, vuelve a empezar. El tiempo del ejercicio puede rondar los 2 minutos.

Aspectos que perjudican la concentración en el estudio

Es muy frecuente en la sociedad contar con algún mal hábito como los mostrados a continuación. Estos aspectos perjudican de manera muy negativa a la hora de ponernos a estudiar o de realizar cualquier trabajo que requiera concentración. Por tanto, si además mejoras alguno de estos aspectos en tu rutina, beneficiará considerablemente tu rendimiento. ¡Pruébalo!

1. Alimentarse de manera inadecuada.
2. Contar con una rutina de sueño.
3. Tener un estilo de vida sedentario.
4. No beber el suficiente agua.
5. Tener un espacio desordenado y poco atractivo para el estudio.

Con estos breves consejos estamos seguros de que tus resultados acabarán siendo increíbles. Tómatelo con calma y no te desesperes si no ves resultados inmediatos. Mejorar en la concentración al estudiar puede llevarte un poco de tiempo, pero confiamos al 200% que los resultados no te defraudarán. ¿A qué esperas para probarlos?